una gota del vino de la melancolía...” Sinohé.
Busco intensamente esa llave que perdí, las llaves que abren las cadenas que te atan a mí. Insisto con exagerado tesón y ahincó romperlas, para que de una vez y para siempre vueles hacia otros rumbos y al final, al lograrlo, tú sigues allí, sin querer separarte de mí, abrazándome tan fuerte, que me asfixias y no me dejas existir.
Oh Melancolía!!! Cuando fue el día que logre conquistarte, cual fue la forma de acariciarte, cual fue esa palabra y ese detalle que logro enamorarte así, de tal manera, que hoy te niegas con vehemencia a alejarte de mí.
Como explicarte, triste Melancolía, que estando a tu lado no puedo recorrer ese camino ansiado de la Felicidad; como hacerte ver que cuando duermes abrazada a mí, me arropo con la fría soledad y así, al llegar el amanecer, el insomnio no me dejas ver, el sol esplendoroso, que con su hermosura ilumina los días de amor y que en mi, él sólo hace trizas esas murallas de icebergs que tanto me ha costado colocar como cerco a mi corazón herido y ya cansado, de que Cupido tan aventajado, no se canse de derrotar una y otra vez dejándolo desfallecer.
Acaso no ves que al atardecer, en ése ocaso donde el sol se despide silenciosamente y donde su amiga la luna, escoltada de las estrellas, se visten de gala iluminando la entrada de la noche, que esparce una suave brisa y entona la dulce melodía que invita a la aventura del romance y a entregarse sin ocultarse en los brazos de la pasión; acaso no me ves allí, sentado en el mismo sillón de siempre, en la soledad de mis sentimientos, suspirando por querer sumergirme en ese océano de tenue luz y por fin, morir ahogado en las tibias aguas, tormentosas aguas de la pasión y el amor.
Dime porque…Melancolía te aferras a este corazón, que poco a poco se marchita en la desilusión; porque no permites una pequeña ilusión, que calme con esperanzas el dolor de mis heridas, que esparza el bálsamo de la ilusión en los ya lacerados tejidos de mi corazón y logren suturarlos con tanto amor, que las cicatrices sean casi invisibles…pues así, suturado por el amor y con los espadrapos empapados de ilusión, quizás mi mirada encuentre un halo de luz y mi sonrisa se alegre y por fin, logre escaparme para aventurarme a presentármele a esa beldad, de hermosura única y sin igual….que se hace llamar FELICIDAD!!!